Creemos que ACELERA logra liberar el potencial y la grandeza de las personas
Cada hora de trabajo que hemos dado para crear ACELERA tiene un sentido mucho más grande que el solo generar dinero.
Existe un problema global sobre cómo funcionan las organizaciones que limita el potencial humano
Las personas no se gestionan, se lideran
Los recursos son gestionables (podemos almacenarlos, dosificarlos, eliminarlos). Las personas no son recursos, son entes conscientes que pueden entregar mucho valor si son lideradas desde la integridad. El primer paso para esto consiste en acordar compromisos no impuestos, que permiten exigir cumplimiento desde el “espero cumplas con tu palabra” y no de la jerarquía “espero hagas lo que te dije”.
En ACELERA los objetivos no son impuestos, esto es clave para hacer a las personas dueñas de sus resultados y exigir accountability basado en la palabra y no en la autoridad formal de un jefe.
Exigir planes en línea recta es un error, la alta incertidumbre es parte de nuestra realidad
Existen incontables empresas que todos los cierres de año se dan contra la pared al darse cuenta que muchas de las hipótesis que tuvieron no son válidas. Proyectos millonarios que no logran entregar el valor esperado. La “ilusión de control” sigue reinando en las organizaciones y muchas veces es ejercida por las personas con poder que exigen planes en línea recta con un detalle innecesario y luego castigan cuando esos planes cambian.
En ACELERA los objetivos son definidos en tramos cortos con el objetivo de validar si nuestras hipótesis de negocio son válidas, haciendo real el poder de la adaptabilidad y dando visibilidad sobre si estamos logrando construir el planeamiento estratégico anual y multianual.
Una reunión sin compromisos claros es como un puente que no llegó al otro lado ¿Cuánto vale el 95% de un puente? Nada.
La cultura se manifiesta de forma extrema en los espacios sociales de un colectivo de personas, en el caso de las empresas, las reuniones son estos espacios donde las personas aprenden, moldean su comportamiento y ejercen el poder. Un punto imprescindible de una cultura ágil es el hábito del generar compromisos, es decir: ¿Quién promete hacer qué y para cuándo?
ACELERA cuenta con un módulo de gestión de compromisos conectado a todas las ceremonias que se dan alrededor de la herramienta. Cada persona puede gestionar sus compromisos, priorizarlos, negociarlos y finalmente cumplirlos. Este es el corazón que da energía a la ejecución organizacional.